South America
Comunidades costeras de La Guajira y Magdalena azotadas por el invierno
Local news announced that Colombia would be strongly affected by the rainy season, especially in the departments of the north coast of the country. In mid-November 2020, when Hurricane Iota went to Category 5, major flooding occurred in several communities.
What do I do if water starts to enter my house? It was the most recurrent question that tormented thousands of people, especially in rural areas, where the lack of measures and contingency plans to guarantee access to basic services, food and security to the population the situation worsened every day.
En el caso de La Guajira, un departamento cuya población en su mayoría pertenecen a los pueblos indígenas (42, 41 %); ellos resultaron ser los más afectados por la temporada de huracanes y tormentas tropicales. Las autoridades locales reportaron que varios municipios, entre ellos, Riohacha y Manaure se encontraban en emergencia debido al represamiento de aguas que se habían desbordado del mar Caribe, y en otros sectores por los ríos y arroyos.
La zona rural donde los wayuu establecen sus rancherías, quedó incomunicada por vía terrestre, única vía de acceso. Poblaciones enteras vieron las aguas entrar a sus casas y sus enseres desaparecer bajo el agua, lo que obligó a las autoridades solicitar la declaratoria de calamidad pública por inundaciones.
Datos de la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira), entidad responsable del medio ambiente, indicaron que factores como la ubicación geográfica del departamento, las características del clima cálido que trae consigo lluvias en temporadas de huracanes, asentamientos humanos irregulares en cercanías de los ríos y los efectos del cambio climático debido a las acciones antrópicas, ponen en riesgo a las comunidades en temporada de lluvias.
En la región, estos eventos son especialmente preocupantes por su recurrencia. En los últimos años las inundaciones han dejado miles de damnificados, pérdidas de cultivos, víveres y enseres. Alrededor de 12 mil familias resultaron afectadas en 2020 por los temporales que causaron daños materiales y que hasta la fecha no se logran reponer.
Emergencia en Riohacha
La ciudad es la capital del departamento de La Guajira, registrándose inundaciones en varios sectores, uno de los más afectados fue el barrio Arriba, tras el desbordamiento de río Ranchería, una situación que no se registraba desde hace varios años. El problema se agudizó debido a que habitantes de algunos sectores rellenaron con escombros los espejos de agua para ganar terreno, taponando los desagües. Parte de los afectados son migrantes quienes no tienen otra opción y aprovechan la temporada seca para construir sus viviendas en zonas de alto riesgo, los únicos terrenos que están sin vigilancia o que no tienen dueños que los reclamen.
Marquito bajo el agua
El río Ranchería es la fuente hídrica más importante de esta región, abasteciendo un estimado de 450 mil personas con agua a través de sus acuíferos y aguas superficiales que se alimentan de un sinnúmero de arroyos y quebradas a lo largo del cauce. Pero en época de invierno, el río sale de su cauce y afecta a la población del sur y centro de La Guajira.
“Por días enteros llovía sin descanso, temíamos lo peor”, expresó Jorge Luis Geraldino Epieyu, líder de Marquito, una comunidad indígena wayuu ubicada en el área rural del municipio de Manaure, donde habitan 23 familias que resultaron afectadas por las inundaciones. El día que el huracán Iota tocó costas colombianas, las aguas en Marquito sobrepasaron un metro, el panorama era devastador, cultivos destruidos por las corrientes de las aguas, animales ahogados, enseres y electrodomésticos sin poder recuperarlos.
“A muchas familias les tocó desplazarse a zonas altas, corriendo el riesgo de sufrir accidentes porque los humedales y las lagunas se convierten en lodazales repletos de insectos, mosquitos y culebras”, dice Gerladino. Para esa época el incremento del número de enfermedades respiratorias en niños y ancianos era notorio. La situación de los guajiros y en especial la de los wayuu resultaba ser más compleja debido a la propagación del COVID-19. ¡Nadie quería correr riesgos!
La Ciénaga Grande se desbordó
Las fuertes lluvias caídas en la región norte de Colombia incrementaron el caudal de los ríos que alimentaban el complejo lagunar de la Ciénaga Grande de Santa Marta, lo que provocó su desbordamiento en el municipio de Puebloviejo, un corregimiento del Magdalena asentado sobre la isla del Rosario, delgada franja de tierra entre la Ciénega y el Mar Caribe. Las fuertes mareas inundaron viviendas y afectó a cientos de hogares residentes en la línea costera.
Al caer la tarde de un domingo el nivel de la laguna comenzó a subir mientras que los habitantes veían con preocupación cómo el agua inundaba las casas que en su mayoría son construidas con materiales autóctonos de la región.
“Nosotros vivimos cerca a la orilla de la Ciénega Grande, casi todos los años siempre se nos crece el agua, con esas tempestades y fuertes vientos. Cuando se nos está metiendo el agua, corremos a levantar las cosas. Es una experiencia horrible que no queremos volver a vivir”, expresa Olinda Vásquez, habitante del municipio.
Ayuda humanitaria
Malteser International Américas con el apoyo de la Oficina de Asistencia Humanitaria (BHA) de USAID, ha implementado acciones que han dado respuesta a las distintas situaciones presentadas en esta región de Colombia como consecuencia de las inundaciones.
En total son 800 hogares beneficiados en los departamentos de La Guajira y el Magdalena, haciendo entrega de kits familiares para lavado de manos y almacenamiento seguro de agua, y artículos no alimentarios para refugios y asentamientos. Lo anterior se refuerza con promoción de la higiene a nivel comunitario para garantizar un uso adecuado de los insumos, con énfasis sobre la importancia del lavado de manos de manera frecuente como medida de prevención de enfermedades.
En el caso de La Guajira, la atención se centra en 600 hogares afectados, distribuidos de la siguiente manera: 45 hogares en zona urbana de Riohacha, 272 hogares ubicados en los corregimientos de Tigreras y Matitas, poblaciones mixtas doblemente afectadas (inundaciones y conflicto armado) en la zona fluvial del río Tapias y en 283 hogares en 11 comunidades indígenas wayuu ( rancherías) ubicadas en el área rural del municipio de Manaure.
Mientras que, en el Magdalena, el apoyo se centra en 200 hogares en los municipios de Ciénega y Puebloviejo, poblaciones que se vieron fuertemente afectados por las inundaciones causadas por el desbordamiento de las aguas del Mar Caribe, el río Magdalena y la Ciénega Grande de Santa Marta.
MI Americas has been working in Colombia since 2014, forging lasting relationships with traditional indigenous authorities, community leaders and authorities in the region. This project works with local NGOs such as ABIUDEA that provided logistical support, reaching remote and hard-to-reach communities.